29 abr 2007

LA ESENCIA DE LA UNCION DE DIOS EN EL MINISTERIO DE LA PALABRA.

"Más vosotros sois linaje escondido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. (1Pedro 2:9)

Disentimos profundamente con los hermanos Editores acerca de lo magistral del artículo denominado: "Sobre el significado de ser pastor y sobre la falsa o mal entendida doctrina IEP sobre los mismos", enviado por El Sembrador de Chillán, siendo su opinión bastante errada de acuerdo a nuestros principios férreos en la Palabra del Señor.

Esta Comisión Editora considera poco serias las aseveraciones vertidas en el comentario en cuestión, y le restamos toda credibilidad puesto que se aparta a nuestras creencias ancestrales, y que en algunos de sus pasajes tiene ribetes de injuriosos y altamente ofensivos.

Por lo demás, resulta anecdótico, por decir lo menos, que El Sembrador de Chillán al final de su artículo llega a las mismas conclusiones nuestras, pero niega rotundamente lo defendido por él mismo. ¡¡¡¡Que turbación más lamentable !!!!!

Sin duda que luego de haber leído el comentado artículo muchos se harán la siguiente pregunta: ¿Quien es el ungido de Jevová? Esperamos en estas líneas les den a todos nuestros amados lectores la claridad acerca de ésta delicada y no menos comentada interrogante.

1º Creemos que todos los que hemos abrazado este Santo Evangelio, hemos recibido de parte de nuestro Dios uno de los regalos más preciados que algún mortal pueda recibir: El Espíritu Santo. En el Antiguo Testamento encontramos 60 veces el verbo mashaj, que significa “Ungir” (untar o rociar). Antiguamente, consistía en “untar o rociar” con aceite algún objeto o persona como un acto de consagración. Este acto siempre tuvo un significado espiritual, donde el objeto o la persona eran apartados para un oficio o función especial para Dios.

Por su parte en el Nuevo Testamento, ungir, tiene un alto contenido espiritual , igual que en hebreo. Vemos con esto cómo el mismo Señor Jesús fue ungido por el Espíritu Santo en el Jordán con poder espiritual. Por medio de esta unción de Dios, creemos simplemente que Dios toca o rocia con el Espíritu Santo la vida de Jesús para que realizar un ministerio exitoso.

Toda persona elegida tiene un llamado y capacitación tal cual como Jesús. Sin embargo, la unción proviene de un acto de Dios con hombres y mujeres que buscan ser investidos del poder del Espíritu Santo.

2º Estamos de acuerdo que nuestros pastores no son reyes ni figuras políticas, como lo eran Saúl y David en el antiguo testamento. Pero en 1ª Pedro 2:9, encontramos que Dios nos eleva a cada uno de nosotros a la calidad de Nación Santa, Real Sacerdocio, es decir, somos reyes y sacerdotes de Dios, para desarrollar un ministerio personal y espiritual, independientemente que sea un pastor, o un humilde hermano cualquiera. En este contexto, mantener que no seamos reyes y sacerdotes de Dios, es antibíblico, y fuera de nuestra creencia, que se funda en las Sagradas Escrituras inspiradas por Dios.

3º Creemos que el éxito de un ministerio no radica en saber hacer el trabajo (no basta solo con saber); sino en que el ministro goce de intimidad con Dios. La clave no está en las actividades sino en el Espíritu Santo que unge, es decir, lo que determina el éxito de un ministerio no son las actividades que la conforman, aunque son válidas, la clave está en el respaldo que Dios le da al que está realizando el ministerio, la autoridad no está por el puesto que ocupamos, sino en la aprobación de la unción de Dios. La unción no está en la presencia, en la formalidad, en la elocuencia de la persona. La unción no la manejan los hombres, no es manipulada por nadie. Ningún ministro de una iglesia puede otorgar unción. Solo Dios puede hacerlo.
¿Por qué debemos ser ungidos?. La respuesta es una sola: "para dar las buenas nuevas" (Isaías 61:1-2)

A nuestro entender la predicación del evangelio sería lo más importante para Dios en el ministerio que Jesús tendría que desarrollar hasta su último día de vida. Toda persona que fue llamada, capacitada en la iglesia por Dios para realizar un ministerio debe predicar el evangelio, pero por lo visto, muchos, lamentablemente, ya no tienen esta prioridad.

Dios nos bendiga,


LA COMISION REDACTORA